Diabolizando la política

Diablo

La palabra diablo, viene del griego (διάβολος) que se traduce como el que divide o siembra la división. Es el que lanza algo entre los otros, de ahí el que separa o divide y crea odios, cólera o envidia.

La frase “divide y vencerás” se atribuye al emperador Julio César, romano nacido en el año 100 a.C. Si el enemigo se encuentra dividido en lugar de unido, será mucho más fácil controlarlo y vencerle. El origen de la frase se halla en el hecho de que los romanos, cuando conquistaban algún territorio, no oprimían a los vencidos, para evitar que éstos se rebelaran y formaran un frente común. Lo maquiavélico de los romanos es que firmaban tratados con cada pueblo de manera individual, nunca en conjunto. En cada acuerdo, se otorgaban derechos distintos y más cantidad de ellos a unos pueblos que a otros. Esto provocaba la envidia entre ellos y, por tanto, la división (diablo) dificultando que llegaran a unirse entre ellos, ofreciendo un frente compacto contra el enemigo común.

Este hecho está confirmado también en el evangelio: "Penetrando El sus pensamientos, les dijo: Todo reino en sí dividido será desolado, y toda ciudad o casa en sí dividida no subsistirá."  Mt 12, 25.

Marxismo

Si algo caracteriza e identifica a la izquierda política desde su nacimiento es precisamente su naturaleza diabólica, es decir, su habilidad innata para dividir la sociedad en trozos; mínimo dos. El mecanismo siempre es el mismo:

  1. Detectar estructuras o sectores en los que hayan poderosos contra débiles, opresores frente a oprimidos, abusadores frente a abusados. Si no existen o no tienen la importancia adecuada, se amplifican hasta conseguir la sensibilidad suficiente como para hacer de una pulga un caballo.
  2. Unirse simpáticamente siempre con los perdedores. 
  3. Utilizarlos como coartada para añadirlos a las fuerzas que necesito para hacer MI revolución, que muchas veces no tiene por qué coincidir con la de los unidos. Emascarar MI lucha bajo la máscara de su redención.
  4. Obtener el poder y perpetuarse en él. Uiliza como métodos blandos a la propaganda, el lenguaje y la cultura (Gramsci) como métido de cambio y la represión, guerra, tortura, campos de concentración y "reeducación" (Gulags) como métodos duros.

Todo comenzó a mediados del siglo XIX con la lucha marxista entre ricos contra pobres. Siguiendo el patrón anterior:

  1. Lo primero fue detectar la opresión de los ricos que tienen dinero (capitalistas) frente a los que no lo tienen. Mostrar que los capitalistas oprimían a los obreros; cosa fácil y justificada en aquella época. Así, se generaban dos clases sociales, divididas, con intereses contrapuestos e irreconciliables.
  2. Unirse a la clase obrera, que es la más numerosa y la oprimida.
  3. Alzarlos para hacer una revolución que consiga sustituir a los poderosos o ponerlos debajo de los pies revolucionarios.

Corolario: dado que los revolucionarios, los nuevos poderosos, tienen vocación de permanencia; tienen que agudizar la propaganda para convencer a los revolucionados que están mejor que antes y que la lucha ha valido la pena y lo sigue valiendo. Incluso si su situación objetiva es peor que la anterior a la revolución.

Posteriormente, tras el éxito de la clase obrera convirtiéndose en clase media, precisamente en los países capitalistas y no justamente en aquellos en los que se había realizado la revolución, hubo que fingir que aquí no había pasado nada y huir hacia adelante, haciendo precisamente aquello que sabían hacer: aplicar el método marxista.

Movientos de lucha marxista

Así surgen los movimientos de lucha

  • LGBTQ+ que entrona la lucha de géneros, enfrentando a los heterosexuales (opresores) contra el resto (oprimidos). Utiliza el género como arma de lucha para alcanzar sus derechos: el homomonio, competiciones deportivas,  adopción...
  • Hembrista que entrona la lucha de sexos, que no de géneros, enfrentando a hombres (opresores) frente a mujeres (oprimidas). Utiliza el aborto, el divorcio, los métodos anticonceptivos, la violencia concreta como la vicaria o la de género como arma de lucha.
  • Generacional en la que los jóvenes usan la cacotanasia (eutanasia en neolengua) para acabar con los más desfavorecidos y costosos, mientras, por otro lado, se usa la jubilación como forma de parasitar a los jóvenes que han podido sobrevivir a los métodos anticonceptivos y abortivos. La reducción del estado del bienestar y con él, la reducción de las jubilaciones será la contestación de las generaciones más jóvenes. Esta será la despedida de la generación más egoista de la historia.
  • Autónoma, en la que las personas adultas pueden asesinar a las infantiles mientrs estén dentro del vientre de sus madres, utilizando el aborto como arma de lucha.
  • Educativa, en la que se empodera (perdón por el uso de la neolengua) a los alumnos mientras se desautoriza tanto a los sistemas educativos como a los educadores, los sistemas de evaluación, igualando, siempre por debajo a todos los alumnos. Así, se eliminan asignaturas completas de los currícula educativos (filosofía, segundas lenguas extranjeras), se vacían de contenidos asignaturas, se insertan nuevas (lenguas locales o formación del espíritu nacional), se penaliza la cultura del esfuerzo sobrevalorando a los que hacen poco, se generan docenas de leyes educativas y reformas...
  • Propiedad, en el que el estado despoja de sus propiedades a quien más tiene, tanto personalmente como a las empresas y autónomos con cargas impositivas abusivas; a los propietarios de las casas se les obliga a mantener a los okupas mientras que a los okupas se les garantiza su derecho a la vivienda a costa de los propietarios, no del estado...
  • Familiar, en la que se dividen
  • Animalista, en el que cada vez más se dedican más metros lineales de estanterías a las mascotas y menos a los niños, donde se abren cada vez más clínicas veterinarias al tiempo que escasean los pediatras; donde a los animales se les humaniza y se les eleva la protección hasta extremos grotescos; mientras que a los hombres se les animaliza.
  • Religión, donde existe una creciente cristofobia ambiental, donde se va acorralando la libertad de conciencia al tiempo que se acelera el cambio de confesión religiosa estatal.
  • Médica, en la que se divide a la sociedad entre vacunados e intactos; empleando el pase verde temporal para segregar a los díscolos.
  • Laboral,  dividiendo a los trabajadores entre fijos y temporales, trabajadores y parados, funcionarios y no funcionarios, entre autónomos y por cuenta ajena.
  • Cualquier otra que surja.

Ingeniería social

Desde entonces, los métodos de control se han sofisticado para aumentar el control sobre los oprimidos y mantener la división que les perpetúa en el poder. Así, se trata, no sólo de mantener la lucha de las diferentes clases, sino de diluirlas atentando contra su identidad. Así, los nuevos ingenieros sociales 

  1. Parten de clases claramente diferenciadas que convivían más o menos pacíficamente entre sí en una disolución íntima
  2. Las separan y las enfrentarlas
  3. Les agotan las fuerzas y recursos desgastándolas en una lucha artificial, innecesaria en muchos casos, para después, agotadas, dejen aplicarse cualquier tipo de solución, por más cursi que sea.
  4. Sometidos al poder, el siguiente paso es diluir sus señas de identidad para que dejen de existir diferenciadas. El resultado final es una sopa homogénea en la que ya no se diferencie quienes estaban anteriormente en un bando o en otro.
Esta sopa es el objetivo del igualitarismo que pretende igualarnos bajo la coartada de la lucha por la igualdad. Igualdad, alejada de la verdad, que nunca generará equidad. relativismo moral que entrona la libertad por encima de la razón y la verdad.
Así, tenemos hombres feminizados y mujeres masculinizadas (se habla de géneros en lugar de sexos), empresarios comunistas (Roures) y obreros de derechas (Vox), niños precoces hipersexualizados y adultos infantilizados, fuerzas armadas que sólo sirven para apagar incendios o ayudar en inundaciones, autoridad desautorizada (padres que se comportan como amigos y amigos paternalistas) y desautorizados autoritarios, curas secularizados y laicos clericalizados...
Nada está en su sitio y todos quieren estar en el sitio del otro.
Y como es muy feo que esto lo haga el estado, este interpone organizaciones artificiales paraoficiales, llenas de -istas, que son suculentamente engrasadas por tus impuestos vía  subvenciones que mantengan los engranajes operativos.
Esta lucha tiene muchas ventajas:
  • Nuestra atención se focaliza en la batalla y dejamos de lado otros aspectos de nuestra vida, perdemos la visión de conjunto y consumimos el tiempo y los recursos que deberíamos estar utilizando para otros menesteres.
  • Estamos divididos en dos bandos y del resto de los bandos .No nos unimos frente al enemigo común que se camufla detrás de cada disputa.
  • La lucha deja de ser racional para convertirse en emocional porque nos enfurece, nos agrede emocionalmente, nos aterra, nos enfervoriza cuando ganamos, nos entristecen sus victorias.
  • Quien tiene el poder puede modular los frentes de batalla según el cariz de los acontecimientos (ultraderecha, Covid-19, Ucrania, hambruna). Todo sigue el mismo patrón que el marcado en la obra 1984 de Orwell. Poseidos por nuestros instintos, nuestras respuestas son primarias y predecibles, es decir, controlables.
  • Mientras estamos entretenidos en disputas vacías, el revolucionario va cumpliendo su agenda previa.

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