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Mostrando las entradas etiquetadas como Lucha espiritual

Muere en Paz, hermano

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Mueres en paz cuando sabes que no te han doblegado.  Mueres en paz cuando mueres en el lado correcto de la batalla. Mueres en paz cuando mueres de pie porque no quieres vivir de rodillas. Mueres en paz cuando tus enemigos fueron más grandes, más fuertes y más numerosos que tú.  Mueres en paz cuando sabes que ellos te consideraban su enemigo, a pesar de que no lo eras y de tu pequeñez. Mueres en paz cuando te tumbas en el lecho de muerte y sabes que los has dado todo, que no te has reservado nada. Mueres en paz cuando diste tu vida por los demás, cuando mueres en una cruz injusta, dura y que busca tu muerte siendo inocente. Mueres en paz cuando mueres señalando al Sol aunque los demás sólo vean la punta del dedo. Mueres en paz cuando mueres sosteniendo el mástil de la bandera en la que crees. Mueres en paz cuando sirves de referente a los que se quedan. Mueres en paz cuando el mundo que has dejado es mejor contigo que sin ti. Mueres en paz cuando los que quedan te echan de meno...

Yo elijo subir mi vela

Yo sólo soy un barco muy pequeño, que tiene una velita ridícula. Pero esa vela es suficiente para empujar este barco cuando sopla el viento del Espíritu. Y ese empuje es suficiente para superar la fuerza de las corrientes marinas que siempre están por debajo intentando llevarme con el resto de barcos. Barcos que también tienen velas, pero que no las izan. Así que yo elijo, subir mi vela... y que sea lo que Dios quiera.

Nuestra victoria es segura

Nuestra lucha sigue siendo hoy más necesaria que nunca, cada uno en su ámbito. No importa lo pequeños que seamos y el ínfimo impacto que tengamos. Nuestra grandeza no se mide por nuestro tamaño, ni por nuestra eficacia, sino por la grandeza de las ideas que defendemos; por la grandeza de la gente de la que somos altavoz; por el estado de opinión que ayudamos a sostener; porque donde estemos, siempre seremos uno de los últimos baluartes desde los que se continúa la lucha; porque cada bofetada de nuestros enemigos, lejos de amilanarnos o hacernos retroceder, nos confirma en la lucha; porque nuestras cicatrices son muestras de que la lucha sigue, de que seguimos en pie, vivos y de que nos mantenemos en la batalla; porque cada cicatriz es una condecoración que lucimos con honra; porque tenemos una legión de ángeles que nos miran envidiosos de no poder estar allí físicamente aunque luchen por nosotros desde el otro lado. Ánimo. La lucha no ha acabado. A mi me gusta mucho el lema...

La fijación enfermiza de la masonería con España

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  Hay un enemigo que odia profundamente al único Dios verdadero. Son los ángeles caídos que han declarado la guerra sin cuartel hasta el final de los tiempos. Ese enemigo que sostiene una lucha espiritual contra Dios, se ha manifestado en la historia de manera muy concreta empleando vicarios e intermediarios que han hecho esa guerra por él. De entre ellos, destaco a la masonería, que profesa la religión de Satanás y que detesta profundamente a su máximo exponente en la Tierra: la Iglesia Católica, que es el cuerpo místico de Cristo. Es un enemigo cobarde, cuya astucia le lleva a presentar batalla siempre indirectamente. Es el autor intelectual de gran parte de los ataques más virulentos, perpetrados materialmente por vicarios interpuestos. Un enemigo en la sombra que no duda en atacar, siempre que tiene ocasión, hasta que no acabe totalmente con su enemigo declarado: la Iglesia Católica. En esta lucha espiritual, destaca la lucha de la Masonería contra España por ser un estado que ...