Muere en Paz, hermano
Mueres en paz cuando sabes que no te han doblegado.
Mueres en paz cuando mueres en el lado correcto de la batalla.
Mueres en paz cuando mueres de pie porque no quieres vivir de rodillas.
Mueres en paz cuando tus enemigos fueron más grandes, más fuertes y más numerosos que tú.
Mueres en paz cuando sabes que ellos te consideraban su enemigo, a pesar de que no lo eras y de tu pequeñez.
Mueres en paz cuando te tumbas en el lecho de muerte y sabes que los has dado todo, que no te has reservado nada.
Mueres en paz cuando diste tu vida por los demás, cuando mueres en una cruz injusta, dura y que busca tu muerte siendo inocente.
Mueres en paz cuando mueres señalando al Sol aunque los demás sólo vean la punta del dedo.
Mueres en paz cuando mueres sosteniendo el mástil de la bandera en la que crees.
Mueres en paz cuando sirves de referente a los que se quedan.
Mueres en paz cuando el mundo que has dejado es mejor contigo que sin ti.
Mueres en paz cuando los que quedan te echan de menos, cuando se acuerdan de ti.
Mueres en paz cuando observas que tu vida tiene un sentido, un destino, un fin y que si no lo has alcanzado, al menos, has muerto en el camino a conseguirlo.
Mueres en paz cuando los que te siguen detrás están más cerca de la verdad y de la vida porque tú les has señalado el camino correcto.
Mueres en paz cuando mueres acribillado por las flechas que tenían que haber recibido los que tú quieres.
Mueres en paz cuando fuiste capaz de mirar a la cara a tu enemigo, cuando no bajaste tu mirada, cuando le perdiste el miedo y le espetaste con coraje y arrojo: "Non Serviam"
Mueres en paz cuando detectas que el poder del enemigo reside en tu miedo. Mueres en paz cuando le has perdido el respeto y el miedo y, en consecuencia, tu enemigo ha perdido su poder.
Hermano: Muere en Paz. Si vis pacem, para bellum.

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