Yo elijo subir mi vela
Yo sólo soy un barco muy pequeño, que tiene una velita ridícula. Pero esa vela es suficiente para empujar este barco cuando sopla el viento del Espíritu. Y ese empuje es suficiente para superar la fuerza de las corrientes marinas que siempre están por debajo intentando llevarme con el resto de barcos. Barcos que también tienen velas, pero que no las izan. Así que yo elijo, subir mi vela... y que sea lo que Dios quiera.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja aquí tus comentarios a esta entrada