Nuestra victoria es segura
Nuestra lucha sigue siendo hoy más necesaria que nunca, cada uno en su ámbito. No importa lo pequeños que seamos y el ínfimo impacto que tengamos. Nuestra grandeza no se mide por nuestro tamaño, ni por nuestra eficacia, sino por la grandeza de las ideas que defendemos; por la grandeza de la gente de la que somos altavoz; por el estado de opinión que ayudamos a sostener; porque donde estemos, siempre seremos uno de los últimos baluartes desde los que se continúa la lucha; porque cada bofetada de nuestros enemigos, lejos de amilanarnos o hacernos retroceder, nos confirma en la lucha; porque nuestras cicatrices son muestras de que la lucha sigue, de que seguimos en pie, vivos y de que nos mantenemos en la batalla; porque cada cicatriz es una condecoración que lucimos con honra; porque tenemos una legión de ángeles que nos miran envidiosos de no poder estar allí físicamente aunque luchen por nosotros desde el otro lado.
Ánimo. La lucha no ha acabado. A mi me gusta mucho el lema de la casa del Nobel de literatura, Camilo José Cela: "El que resiste, gana". Nuestra victoria es segura porque estaremos en la lucha hasta el final. Sólo hay que aguantar.
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