Abriendo la ventana de Overton a las bendiciones

El cardenal Víctor Manuel Fernández (popularmente apodado «Trucho»), actual prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, servicio que mantuvo el cardenal Ratzinger durante años, es el principal autor de la polémica Declaración Fiducia Supplicans.

El cardenal, no sólo no reconoce la pifia, sino que que además se reafirma en el polémico documento que se contradice a sí mismo y hace aguas teológicas por todos lados. Como no podría ser de otro modo, afirma que es claro y no le encuentra ningún fallo. Sin duda que, como todo el mundo, el Sr. Trucho no es perfecto, sino prefecto, y podría haber reconocido un poco que se le fue la imaginación inventándose un nuevo concepto desconocido en la tradición católica consistente en añadir la palabra "pastoral" a cualquier concepto para convertirlo en lo contrario. En este caso concreto, le ha tocado el turno al concepto "Bendición".

Desde este blog, opinamos todo lo contrario a lo indicado por el prefecto en la Fiducia.

Ventana de Overton

La técnica de la Ventana de Overton se ha empleado en casos como la eutanasia, el aborto o el divorcio, el canibalismo o actualmente al desmembramiento de España o la pederastia. En esta técnica, el manual indica que primero se toman excepciones a la regla y se presentan como justificación para forzar a la aceptación del mal en casos muy raros o extremos. Para ello, se apelan a los sentimientos más viscerales, se analiza la ecuación coste/beneficio y se aceptan las medidas contrarias a la regla... pero sólo para esos casos. Lo que se suele escamotear a la opinión pública es la coletilla... "de momento". Lo importante es conseguir que el público objetivo acepte medidas contrarias a la regla, inicialmente sólo para situaciones extremas y que son la excepción a una regla. Regla que es lo que realmente se persigue cambiar con esta apertura de la ventana. Lo primero siempre es abrir la manilla de la ventana. Luego ya se irá empujando poco a poco para que gire sobre sus ejes.

Como es previsible y así ha ocurrido en todos estos casos, una vez aceptado y normalizados los nuevos casos, vienen los limítrofes a la nueva situación aceptada. Aplicando la lógica anterior y teniendo como precedente la aceptación de los casos límite anteriores, estos nuevos casos, ya no tan límite, también son aceptados. La ventana, paulatinamente se va abriendo y la pendiente resbaladiza aplica su lógica implacable, que acaba con la aceptación mayoritaria de aquello que en su día se rechazó por amplia mayoría.

Ratificación del prefecto

En su e-mail a The Pillar, Fernández propone bendecir a parejas que "tuvieron en el pasado relaciones sexuales y ahora lo que queda es un fuerte sentido de pertenencia y ayuda mutua. Yo como párroco muchas veces conocí ese tipo de parejas que, a veces, son ejemplares".

Seguidamente añade que "aunque hubiera algún tipo de relación sexual, conocida o no, la bendición hecha de esta manera no convalida, ni justifica nada".

Contestación

Aunque la intención de quien dispara el arma no es herir a nadie, ni matarlo; lo bien cierto es que la misión de la pistola y la bala es precisamente hacer daño a las personas. Para eso se construyó. La pregunta sería, ¿cambia la intención de quien realiza la acción la gravedad o la realidad de la acción? ¿Se cambia la naturaleza de la acción por su intención, lugar donde se realiza o porque se pida de informalmente fuera de su contexto habitual?

Aunque el prelado no quiere regular nada y deja libertad para realizar estas "bendiciones", lo cierto es que, desde que salió la noticia hace pocos días, no han parado de salir explicaciones y reacciones, incluyendo las suyas propias. De hecho, para muestra, baste con leer el Sensus Fidei, que lo tiene mucho más claro que el pastor. Echadle un vistazo a TODOS los comentarios que le sueltan al padre Fortea después de subir un vídeo en el que dice que no ve nada malo en la Fiducia.

Afirmar temeraria e irresponsablemente que "la bendición, hecha de esta manera, no convalida, ni justifica nada." es afirmar que las formas cambian el contenido, que la intención y el sentimiento de quien realiza la acción cambia la naturaleza de la acción y sus consecuencias. Podrá cambiar la gravedad de la responsabilidad de quien la realiza, pero NUNCA cambiará la naturaleza de la acción.

Bendición

En contestación al Sr. prefecto, bastaría con recurrir al diccionario de la RAE para ver lo que opina al respecto de las Bendiciones.

Según el diccionario, que tiene poco de católico, una bendición es un sinónimo de consagración, santificación y sacralización. Una bendición muestra el asentimiento o consentimiento, aprobación, favor, gracia, congratulación o felicitación por lo que se está bendiciendo.

Para el diccionario, una bendición se suele dar sobre cosa excelente o muy beneficiosa; y tiene la intencionalidad de ratificar o confirmar algo, garantizando que lo bendecido es algo hecho con acierto y felicidad.

Por si no quedara claro, su antónimo es la maldición y la imprecación.

Como todo el mundo secular intuye y define, bendecir, es decir bien, lo contrario de decir mal, o sea, maldecir.

La bendición de Dios, de alguna forma, 

  • Ayuda o garantiza que lo bendecido actuará conforme a la voluntad de Dios y que si así ocurre, tendrá el éxito para el que fue creado
  • Consagra, que significa arrimar, acercar, poner algo al lado, con lo sagrado. Bendecir es como coger las manos de Dios y ponerlas encima de lo bendecido, casi como obligar a Dios a aceptar y a hablar bien de algo que queremos que vaya bien y funcione. Por lo tanto, si algo está más cerca de Dios, ese algo es más santo y sacro.
  • Consiente, aprueba, ratifica o confirma y se pone a favor, derrama la gracia de Dios, se felicita por lo que se está bendiciendo.
  • Otorga el reconocimiento de que lo bendecido es excelente o muy beneficioso.
  • Garantiza que lo bendecido es algo hecho con acierto y felicidad.
Por lo tanto, bendecir a las personas para que abandonen definitivamente una relación contraria a la voluntad de Dios, es bueno, pero hacerlo con su relación, es contrario a la voluntad de Dios. Véase el Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe a un dubium sobre las bendiciones 
de las uniones de personas del mismo sexo, que el cardenal Ladaria, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, emitió el 22 de febrero de 2021, Fiesta de la Cátedra de San Pedro, Apóstol.

Aplicando la Ventana de Overton

Siguiendo la Ventana de Overton, el cardenal toca un tema tan en el límite y es tan espinoso, que en su contestación, se refiere a casos muy improbables, excepcionales y que no suelen ser la regla habitual de los supuestos demandantes de ese tipo de "bendiciones" cuya avalancha se prevé. Para tan pocos casos, no hacía falta tan gran declaración.

Se nota en las contestaciones del cardenal, un intento de degradar el concepto de Bendición y banalizarlo empleando múltiples subterfugios como que sean realizadas fuera de ritos habituales, en la intimidad. En el fondo, fuera del alcance de los fieles que, escandalizados, protestarán. Vamos, invitando a los pastores a la hipocresía de hacer sin que se vea por ser algo vergonzoso y difícilmente justificable a los ojos de la feligresía. Al menos, todavía tiene Trucho la caridad de no escandalizar a los pequeños... de momento.

Siguiendo con el razonamiento del prefecto, y la lógica de la Ventana de Overton, este tipo de declaraciones, justificarían en el futuro que la Iglesia Católica bendiga a una asociación mafiosa, mantengan entre ellos relaciones sexuales o no, sean parejas o agrupaciones de mayor tamaño como tríos, familias polígamas o poliamor en cualquier combinación de géneros y sexos.

Por esta lógica, la Iglesia Católica no podría negarse a bendecir bombas atómicas, narcotraficantes que salgan en planeadoras a realizar desembarcos de cocaína, traficantes de negros que los sueltan en las costas europeas, tratantes de blancas o clínicas abortistas bajo la coartada que aparece en el Art. 31. aunque en el Art. 11 diga explícitamente que "lo que se bendice debe poder corresponder a los designios de Dios inscritos en la Creación y plenamente revelados por Cristo el Señor."

Seguidamente voy a parafrasear el mismo Art. 31 con estos supuestos y díganme si les chirría el mensaje contenido en la declaración:

Art. 31, adaptado. En el horizonte aquí delineado se coloca la posibilidad de impartir bendiciones de 

bombas atómicas, narcotraficantes que salgan en planeadoras a realizar desembarcos de cocaína, traficantes de negros que los sueltan en las costas europeas, tratantes de blancas o clínicas abortistas...

cuya forma no debe encontrar ninguna fijación ritual por parte de las autoridades eclesiásticas, para no producir confusión con la bendición propia de bendiciones de casas, asociaciones y demás formas que aparecen en el Bendicional Católico. En estos casos, se imparte una bendición que no sólo tiene un valor ascendente, sino que es también la invocación de una bendición descendente del mismo Dios sobre aquellos que, reconociéndose desamparados y necesitados de su ayuda, no pretenden la legitimidad de su propio status, sino que ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo. Estas formas de bendición expresan una súplica a Dios para que conceda aquellas ayudas que provienen de los impulsos de su Espíritu – que la teología clásica llama “gracias actuales” – para que las relaciones humanas puedan madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio, liberarse de sus imperfecciones y fragilidades y expresarse en la dimensión siempre más grande del amor divino.

Díganme si les gusta la Nueva Normalidad que nos está llegando desde el Vaticano.


 

 

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