2030: no tendrás nada porque tampoco serás nadie

 

Pobreza

Los ingleses emplean dos palabras para definir la soledad: solitude y loneliness. Algo así como soledad fecunda, buscada y deseada (solitude) frente a la soledad impuesta en contra del deseo de quien la padece, loneliness. Al primer caso pertenece la soledad voluntaria de los monjes, del escritor, del asceta o del que se va una semana de retiro espiritual; mientras que al segundo caso pertenece el anciano que no tuvo hijos, el divorciado, el último niño que nació en un pueblo de la España vaciada o los hijos únicos que jamás tendrán hermanos, por deseo expreso de sus padres, o el viudo que se ha quedado sin su mujer.

Haciendo un paralelismo con la soledad, se podría decir que en la pobreza pasa algo parecido. Existe una pobreza fecunda, buscada y deseada frente a la pobreza impuesta en contra del deseo de quien la padece. Al primer caso pertenece la pobreza voluntaria de los monjes franciscanos, los voluntarios y misioneros que han renunciado a las riquezas de este mundo por ayudar al prójimo o del que se hace un poco más pobre dando una limosna a quien lo necesita.

En el segundo caso estaría el anciano que cobra una pensión que no le permite llegar a final de mes, el padre de familia que está en paro, los países explotados por las multinacionales, los niños que no tienen más remedio que trabajar para poder mantenerse...

Dice un refrán chino que el hombre que tiene más de tres cosas, las tres cosas le tienen a él. Así, la obsesión por tener, se transforma en una sutil forma de esclavitud, en muchos casos deseada por el mismo esclavo satisfecho. Y ciertamente, en muchas ocasiones, las riquezas son fuente de tristeza e insatisfacción cuando nos acaparan la vida, cuando son fuente de controversias en herencias, cuando son robadas o perdidas por accidentes, catástrofes...

Pobreza 2030. No tendrás nada...

La esperanza es lo que identifica genuinamente al hombre. Un adulto que no tiene nada y al que no se le va a dejar tener, es alguien totalmente dependiente del dueño. Tanto lo que espera obtener como la forma de obtenerlo pasa irremediablemente por aquel de quien depende. Un hombre así, se convierte en un niño. Los niños siempre viven en un presente, sin consciencia de futuro y confiado siempre a sus padres. Un niño que sólo aspira a disponer de juguetes, por su propia naturaleza, efímeros. Un niño que no aspira a disponer de cosas reales obtenidas por sus propios medios autónomos, porque ni tan siquiera concibe una autonomía fuera de la presencia de los padres providentes.

Las consecuencias de esta pobreza es la infantilización social. Como niño, el ciudadano no tiene responsabilidades, no tiene nada. Todo lo que necesita, se lo tiene que proveer el papá estado. Seremos como los niños, que no tienen nada, y de nosotros será el reino de los cielos, Mt 18, 3. O mejor dicho, de sus "cielos" 2030.

Pero la tierra de labranza no desaparece, sigue estando allí. Los coches siguen siendo necesarios, las viviendas están en su mismo sitio. Las posesiones no desaparecen de la noche a la mañana porque son bienes inmuebles. ¿Y de quién será todo en ese mundo 2030 en el que nadie tendrá nada? Porque de alguien tendrá que ser "todo". 

Las propiedades serán de los plutócratas que manejan los hilos de Davos, de sus lacayos, del estado... Pues de ellos será de quienes dependamos en todo, al no tener nosotros nada, al ser todo de ellos. Es la pobreza obligada, no la escogida libremente como abandono del mundo y entrega confiada en manos de Dios. No es la pobretitud, sino la pobreliness.

Alguien que no ha recibido nada de sus padres, es alguien que no tiene "patri"monio que defender, ni nada que dejar a sus descendientes. Posiblemente, ni descendientes tendrá. Tan sólo algún vago recuerdo de algún perrijo o gatijo.

No se puede honrar a unos padres que no fueron nada, ni nada nos dejaron. Decía Parménides que de la nada, nada sale. No se puede cumplir el cuarto mandamiento de la ley de Dios, porque no hay nada que honrar. Tras una vida de sacrificios, habrás llegado al mismo punto de partida: sólo y pobre, como el polvo que eres y el polvo en el que te convertirás, Gn 3:19. 

El premio al esfuerzo es el mismo que por el descanso: seguir sin tener nada y haber disfrutado, de lo que hayas podido, por el camino. Por lo tanto, al igual que en los regímenes comunistas, al final, se establece el criterio social de dejar de esforzarse, de dejar de luchar contra una maquinaria descomunal. Un sistema aplastante contra el que no vale la pena rebelarse, mientras intentas adaptarte, como puedas, a la nueva situación, intentando desgranar tus migajas de felicidad, mientras finges obediencia al nuevo régimen.

Alguien que no tiene nada, pero tiene espíritu, afán de superación, deseo de tener o de desarrollar su ser, es alguien dispuesto a luchar por su futuro. Pero Davos no busca gente responsable y consciente, empoderada como se dice ahora en la neolengua, con metas claras y ansias de superación y mejora. Davos busca gente dependiente ahora, y alguien que continúe siéndolo en el futuro. Alguien desmotivado que no esté dispuesto a luchar por una meta o fin y que ni tan siquiera las desee. Esclavos inconscientes de que lo son. El esclavo perfecto.

La "religión" budista es una buena ayuda a esto y por esto es apoyada por esta gente. La religión católica, es totalmente lo opuesto y por eso se le combate encarnizadamente. Una religión que reconoce la dignidad suprema de cada hombre; que dice que son las élites las que deben de estar al servicio de los más pobres y necesitados de la sociedad; que las riquezas y el tener están al servicio del ser; que exige y promete un futuro; que muestra un fin y da una razón para vivir... es algo absolutamente antisistema y revolucionario que hay que desmantelar por ser uno de los principales obstáculos para la realización de la distopía con la que desean maniatarnos las élites.

Felicidad 2030 ...y serás feliz

“No tendrás nada y serás feliz” es la famosa frase que resume el objetivo del Foro de Davos y su famosa Agenda 2030. Presenta la forma de una orden o de una profecía inexorable: "No tendrás nada..." pero inmediatamente asociado con un fin que la justifica o la edulcora para hacerla menos distópica: "... y serás feliz", que es lo que todos perseguimos, sin alcanzar plenamente en esta Tierra.

La frase se emite desde una autoridad que conoce lo que va a suceder y profetiza un futuro que se va a cumplir; con esa seguridad que caracteriza a quien está creando dicho futuro. Esta frase rompe el paradigma que ha venido imperando de TENER para SER feliz. Antes, la condición de poseer, de tener, era necesaria para ser feliz.

Si tengo, puedo ser feliz

Pues bien, el Foro de Davos, ha rizado el rizo. Ha quitado la condición necesaria al tener para ser feliz. Es decir, se elimina, de raíz, el verbo Tenser. Ahora, no tener te sigue manteniendo feliz. El gran reemplazo consiste en eso: te voy quitando poco a poco tus posesiones, esas que te dan la seguridad, mientras sigues disfrutando de una vida cada vez más restringida, adaptando tu felicidad en un corralito que se va estrechando cada vez más; evitando que te quejes demasiado. No es algo optativo. Ya está decidido. Son conscientes de que lo van a conseguir y somos impotentes para impedirlo. Y todos lo sabemos. Es la chulería de quien ya no oculta ni el cigarrillo encendido en tu presencia, sino que encima, te tira el humo a la cara.

Felicidad 2030

Dice la RAE que la felicidad es un estado de grata satisfacción espiritual y física que suele asociarse a la ausencia de inconvenientes o tropiezos. Y, ¿en qué consiste la felicidad prometida por la famosa agenda?. Precisamente, lo que dice la RAE:

  1. Te vamos quitando los inconvenientes y tropiezos, degradando tu educación para hacerte dependiente de nosotros. Sustituimos Religión por filosofía, la nueva asignatura de la neoligión de estado; y obligamos a realizar instrucción sexual, de momento, con prácticas voluntarias; pronto obligatorias y más educación física. Tergiversamos la historia y le quitamos sus raíces comenzando desde donde nos interesa. Ya no hace falta leer tantos libros, las clases las hacemos multimedia, porque si no hay excitación constante, los alumnos se aburren y no se puede competir con los móviles. No importa que no aprendan, lo importante es que no se aburran. No hace falta que memorices, sino que comprendas. Para memorizar, ya está la Wikipedia, Google Maps, Netflix... Ellos contendrán lo que nos interese que sepas, con la orientación que queramos y sin información molesta que nos altere nuestro "relato".
  2. Y, mientras tanto, vamos haciendo que te conformes con satisfacciones espirituales cada vez más básicas e instintivas. Así, los videojuegos son instintivos, rápidos, que no tengas que pensar, sólo reaccionar; tienes tu dosis de SOMA porno y si llegado el caso necesitas algo más físico, Tinder. Vamos sustituyendo la dura realidad por la fantasía virtual.

La realidad es que la felicidad sólo aparece cuando se alcanza la realización del ser. Davos sustituye la felicidad con el sucedáneo de la satisfacción, la gratificación y el disfrute de los placeres mundanos, tan inmediatos como efímeros. Como el picor que se pasa momentáneamente al rascarte, pero que luego vuelve a picar con mayor intensidad, sin que nadie te responda nunca por qué tienes ese picor y de dónde viene.

Seréis como dioses

Bajo la antigua promesa de seréis como dioses (Gn 3, 4-6), se invita al hombre moderno a dudar de la bondad de Dios. Dios no es infalible, puede equivocarse. Pero ha surgido el nuevo nombre-dios que ha venido a impartir su justicia tras descubrir que Dios no era más que un invento del propio hombre. Es la materialización de Feuerbach: Dios como esencia del hombre, Homo homini Deus. Dios se ha equivocado contigo cuando:

  • Como el hombre ahora es dios, puede ser lo que quiera. El hombre puede autodeterminar su género, no Dios. Eres una mujer en el cuerpo de un hombre, y viceversa. Se equivocaron los médicos al "asignarte" el sexo. Ya ni tan siquiera es Dios el que te otorga el sexo, sino los mismos hombres. Es culpa de un amorfo y abstracto heteropatriarcado.
  • La familia hterosexual, bígama y fiel es aberrante. Es un ideal que no se puede alcanzar. 
    • No puedes ser fiel a una mujer durante tanto tiempo. Dios se ha vuelto a equivocar. Cámbiate de mujer. Divórciate. Mejor aún, no te cases. Vive amancebado, sin responsabilidades, disfrutando el momento... mientras dure.
    • ¿Por qué ceñirse a un sólo modelo familiar?¿Y los musulmanes con familias polígamas? ¿Y el poliamor? ¿Las familias homoparentales o con cualquier combinación? ¿Y las familias compuesta por un soltero?¿Los que se casan consigo mismo?
  • Se ha quedado embarazada tu mujer. Ha sido un error de Dios. Arréglalo. El abortero-dios borra el error y todo vuelve a estar de nuevo en su sitio. Como si no hubiera pasado nada. ¿O sí que ha pasado?
  • Eres una mujer y los hombres han estado abusando de ti desde siempre, desde pequeña, en la adolescencia, en los diferentes matrimonios o parejas que has tenido. Ya no eres fértil y estás fuera del mercado. Odia a los hombres y su maldad. Corrige la situación con leyes hembristas que penalice su naturaleza. Los hombres son malos por el mero hecho de serlo. Por no haberme querido nunca.
  • Sólo una mujer es capaz de saber cómo se siente y qué siente una mujer. ¿Por qué tienes que amar a un hombre que sólo te ha traído siempre problemas? Dios se volvió a equivocar cuando les hizo hombre y mujer para amarse entre sí.
Cruel venganza de un dios sádico que sólo busca reírse de ti.

Para poder ser algo en concreto, primero hay que serlo en potencia. Si puedo ser hombre o mujer o cualquier combinación de ambas; o negra, o caucásico, o niña de 6 años permanentemente; incluso aunque siga envejeciendo mi cuerpo físico y real... entonces, tengo que poder serlo todo en potencia. Mi ser deja de ser algo en concreto para ser cualquier cosa en potencia. Por lo tanto, ahora debo ser todo a la vez y nada en particular. Si puedo ser un elefante, un nabo, una niña de 8 años o una perra entonces es que soy una especie de célula madre, una especie de ameba amorfa indiferenciada que tiene el potencial de convertirse en un nabo o una niña de 8 años. Poder ser cualquier cosa en abstracto, significa que no se es ahora nada en concreto. Es todo virtual, potencial, pero no real.

Si soy una jirafa no puedo ser un perro. Si tengo mi ser claro, mi identidad segura, entonces, si soy un hombre no puedo ser una mujer. Si soy un chino, no puedo ser caucásico, o negro. Si soy un perro, no puedo ser un nabo. Si soy un señor maduro, no puedo ser una niña de 8 años, ni tampoco un animal.

A lo largo de toda la historia de la Tierra, jamás un nabo se ha podido transmutar en señor calvo jubilado. Jamás un león se convirtió en impala, por más impalas que haya comido en su vida. Nunca se convirtió un búfalo en gorila o ballena, ni un hombre en brócoli por más brócolis que haya comido en su vida.

Por lo tanto, si no soy un hombre, o una mujer, o cualquier combinación ocurrente de la ideología de género, entonces es que, o no soy nada o soy algo que niega lo que realmente es, engañado por una ideología que entrona al hombre como un dios, que no es, y que le permite fingir ser cualquier cosa.

Si cuando tenía cuerpo masculino, todas mis células tenían cromosomas masculinos, mis aparatos sexuales eran masculinos, no tenía anomalías orgánicas y funcionaban perfectamente, cuando mis modos y maneras eran las de un hombre y mi cuerpo tenía pelo por todos lados, la voz ronca... tenía dudas de ser un hombre... cuando me haya mutilado, hormonado y amanerado... ¿Cómo no tener dudas de que tampoco soy una mujer? Cuando descubra que en el fondo, no soy más que un hombre mutilado, hormonado y amanerado, pero hombre al fin y al cabo; cuando descubra que es todo un fingimiento y una carcasa hueca, vacía de contenido... ¿Cómo podré volver a ser hombre otra vez? ¿Cómo no suicidarse al verse con un ser en el que no encaja y que ya no puede ser revertido? ¿Qué pensaré de la medicina que no me advirtió de esto? ¿Qué pensaré de mi cuando vea que he destruido mi vida en búsqueda de una quimera inalcanzable?

Una hiena que quiere ser un perro nunca será un perro, por más que lo intente. Nunca podrá dejar preñada a una perra, ni tendrá perritos. No olerá a perro, por más pienso canino que coma, en contra de su naturaleza.

Una hiena así no es más que una hiena lamentable, como un payaso triste o un coche estrellado.

Destrucción del cuerpo y el alma

No tener nada es casi lo mejor de la Agenda 2030. No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.  Mt 10:28

La consecuencia oculta de desposeer al hombre, no es sólo el enriquecimiento directo de la plutocracia, sino que "empoderando" al hombre como dios, permitiéndole ser cualquier cosa, en realidad, se le está convirtiendo en nada. Sin saber cuál es tu sexo, cuál es tu edad, cuál es tu raza, sin familia, desarraigado en una ciudad lejana donde has podido encontrar un trabajo miserable... viviendo en alquiler, de momento, sin familia, consolándote en PornHub mientras consigues convencer a la última rubia de bote a la que has conseguido engañar por Tinder... dejando pasar el tiempo hasta que puedas jubilarte a los 75 años... ¿Qué eres? ¿En qué te has convertido? ¿Cuáles son tus esperanzas? Temed más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. Mt 10:28

No teniendo nada y no siendo nada, siendo totalmente dependiente y negando tu identidad, estarás preparado para ser el esclavo agradecido total. Un esclavo feliz con sus cadenas. Ser un esclavo feliz, inconsciente de su exclavitud, por tanto, no puede ser opcional. Una felicidad al estilo de un mundo feliz de Aldous Huxley, en el que más que vivir felizmente, se disfruta de un sucedáneo de alegría pasajera que siempre deja insatisfecho y necesitando de nuevo al estado, para que te dé una nueva píldora de satisfacción o un soma que te permita transitar tu insoportable levedad del ser, hasta que demandes el soma final que te conceda el Nirvana eterno.

J. Marías, en su obra Antropología metafísica, pág 216, afirma que el hombre es una estructura abierta. Vivir es proyectar, imaginar, anticipar; es seguir proyectando, imaginando y anticipando; el hombre es inexorablemente futurizo, orientado al futuro, remitido a él. Es esperanza y proyecto. Mucho peor que se te niegue el derecho a la propiedad es que se te quite tu derecho a la esperanza.

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