Tu siempre ganas
En el juego cristófobo, los cristianos SIEMPRE perdemos. Los cristófobos, SIEMPRE ganan.
La estrategia siempre es la misma:
La estrategia siempre es la misma:
- Se exacerba la libertad de expresión hasta ponerla por delante de otras libertades. Por ejemplo del derecho al honor o la imagen. Se le blinda para que no se le pueda vetar ni limitar con el delito de injurias. Véase el caso de Willy Toledo.
- A continuación se busca a algún trepa que ofrezca la coartada artística pero de dudosa o nula capacidad artística. Un completo desconocido que no tenga nada que perder y si mucho que ganar para que se preste a ser cabeza de turco a cambio de la protección del NWO y suculentas compensaciones por los servicios prestados.
- Siempre hace falta un señorito, un padrino con poder que desee promover y sufragar los gastos del ataque descarnado. Este señorito busca a un paria para perpetrar la insidia
- Localizado al siervo necesitado, este ejecuta las órdenes fielmente. Tiene que ser alguien con mucho rencor para que vuelque sus más ácidas fobias exacerbando tópicos manidos según lo indicado en su momento por los amos. Así tenemos al ya apesebrado de Abel Azcona y su imprescindible blasfemia amparada por el ayuntamiento de Pamplona (Bildu), a la prescindible Charo Corrales y su blasfemia amparada por la Diputación de Córdoba, y ahora tenemos la escenografía de Loc que sigue la originalidad temática de Abel, incidiendo en la pederastia clerical amparado por los señoritos del Círculo de "Arte" de Toledo.
- Lo ideal es que además, la blasfemia se mezcle con el sacrilegio. Así, la blasfemia de Abel (cuya ofrenda en este caso el Señor no creo que haya mirado con agrado Gn 4, 4-5) no habría alcanzado la fama si hubiera hecho su obra con formas sin consagrar. Tenía que hacerla con formas consagradas. La última profanación de Loc a los católicos, ha sido realizada en una iglesia católica.
- Una vez perpretada la ofensa, hay que hacer publicidad de la misma y comenzar a meter puyazos gratuitos bajo la coartada de la blasfemia artística.
- Como no se puede hacer la insidia desde un poder que se supone neutral, se emplean a organizaciones paragubernamentales, ONGs, asociaciones pantalla interpuestas, para bandirellear a la res en la plaza de toros pública de los media afines al mismo amo.
- Si nadie reacciona, se tiene la coartada para elevar el nivel de la provocación para la siguiente vez y además se asume que hay una aceptación tácita del denunciado.
- Si se protesta, se genera una reacción desde el poder que añade al agravio y la burla anterior, una montaña de presencia en los media que no sólo sepulta la protesta, sino que además genera un estado de opinión aún mayor a favor de la obra y contrario a la Iglesia.
- La protesta legítima nunca se reconoce y además se califica como de presiones desde sectores conservadores y de ataque a la libertad de expresión, ambos conceptos siempre relacionados y valorados de forma peyorativa. De paso, se reivindica la eliminación del código penal de los artículos que defienden a “los sentimientos religiosos”, se vierten acusaciones de clericalismo, de intento de frenar cualquier crítica o cuestionamiento de los privilegios y ya pouestos, exigir la derogación de los Acuerdos con la Santa Sede de 1979. En fin, todo el abanico rancio de siempre.
- Por otro lado, al vientre agradecido del "artista" hay que remunerarlo, con más exposiciones y encargos más suculentos a cargo del erario "púbico". Sigan de cerca a los interfectos antes y después de su colaboración.
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