Matar pulgas gays a declaracionazos
Atendiendo a las estadísticas de población católica practicante, en mayo de 2023, sólo el 19% de la población va a misa los domingos y sólo un tercio de la población todavía es católica cultural no practicante. De esos casos, los homosexuales que vean a la Iglesia como amiga y se acerquen a celebrar con la comunidad, en el mejor de los casos, sería tan sólo de un 0.1 a 0.3% de la población.
De ellos, que deseen recibir "bendiciones" para abandonar su homosexualidad, será la excepción. Y de hecho, aquellos que podrían entrar en estas bendiciones ya lo tenían claro antes. Para ellos, tampoco hacía falta esta declaración, sino otros gestos más claros.
Por lo tanto, el documento de la Fiducia ha sido elaborado pensando en un escuálido 0.01% de la población, en el mejor de los casos y sólo en culturas europeas, porque otras culturas, como por ejemplo las africanas, todavía podría ser más baja.
Para mí, esto es matar pulgas homosexuales a cañonazos declarativos. Y esto tiene varias implicaciones:
- Hacer ruido con el cañón mediático con el fin de limpiar la imagen falsamente homófoba que le imponen a modo de leyenda negra a la Iglesia Católica, olvidando que nunca seremos aceptados por aquellos que nos odian por más que intentemos ser como ellos. Si la sal no sala, sólo sirve para que la tiren afuera y la pisoteen. Nunca estos tímidos intentos de acercamiento contentarán a los lobbies y siempre resultan excesivos para los católicos.
- Escandalizar a los pequeños en la fe y llenar la Iglesia de confusión para ir avanzando en la apertura de la ventana homosexual de Overton dentro de la Iglesia empleando a la comunidad gay como coartada. Esta tímida apertura no dejará satisfechos al ala autoproclamada "progresista" que no es más que la parte de la iglesia más modernista y lubricará el camino hacia el cisma.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja aquí tus comentarios a esta entrada