Alejándose de la tibieza

Ser radical significa que estamos unidos a la raíz, al radix. Eso nos hace más auténticos. ¿Qué hay de malo en ello?

Ser ultra lo que sea, significa que estamos convencidos de la bondad de nuestras creencias y que las vivimos en plenitud, con intensidad y hasta sus últimas consecuencias. Consecuencias que aceptamos y hasta deseamos. Eso tampoco es malo.

Ser intolerante significa que no estás de acuerdo con determinadas ideas, creencias, leyes o comportamientos. Significa que tienes unas creencias firmes y arraigadas y que estás convencido de que son mejores que aquellas que no toleras. Significa que conoces a las que no toleras y tienes claro por qué las tuyas son mejores. Esto demuestra criterio, claridad de ideas y conocimiento de la realidad. ¿Qué mas se puede pedir?

Ser íntegro significa que eres una persona entera y sin doblez. Que eres el mismo por delante que por detrás y que en ti sólo existe la autenticidad y que has desterrado la hipocresía de tu vida. Eso es magnífico. A mucha gente le gustaría ser así y mucha gente admira a los que esto practican. De hecho, es una de las cualidades más apreciadas en la política.

Otra cuestión diferente es querer que todos pasen por tu aro de radicalidad, intolerancia o integridad porque entonces te conviertes en un radicalista y en un integrista. Son los -istas los que la gente detesta.