Intolerante

Tolerancia

Según el diccionario, la tolerancia es el respeto a las opiniones de los demás, aunque no coincidan con las propias. La palabra proviene del latín tolerantĭa, que significa ‘cualidad de quien puede aguantar, soportar o aceptar’.

La tolerancia implica el respeto hacia las ideas, prácticas o creencias de los demás, independientemente de que choquen o sean diferentes de las nuestras. Es decir, la tolerancia es el respeto, que significa veneración, reconocimiento o aceptación según el diccionario de la RAE, de las ideas de los demás. Y es aquí donde radica la falacia (falsedad que se muestra con forma de verdad, RAE dixit). Haciendo un paralelismo con el mundo de la informática, se podría decir que:

  1. La Tolerancia se dirige hacia el software de las personas, hacia lo inmaterial: lo que piensan, sus creencias, ideas, escala moral...

  2. El Respeto se dirige hacia el hardware de las personas: su parte física, corporal. Se respeta a los ancianos en virtud de la experiencia que poseen y de la antigüedad de su hardware. Se respeta a la persona que ostenta un cargo en reconocimiento de las personas que lo han designado para ello.

Obviamente se respeta a la integridad de la persona que no puede separarse en sus tres facetas: cuerpo, mente y espíritu. Y en concreto, los cristianos respetamos a las personas en tanto que nos reconocemos como hijos todos de un mismo Dios Padre y hermanos por adopción en Jesucristo. De ahí el reconocimiento mutuo de nuestra dignidad (excelencia o grandeza) y su correspondiente respeto.

Intolerancia

Es por todo esto que la época relativista en la que vivimos, exija tolerancia (reconocimiento de la dignidad de las ideas de los otros) como perversión de la idea de respeto a los demás. La tolerancia lleva implícito el reconocimiento de que no podemos alcanzar la verdad, de que todas las opiniones son verdades y de que todas las verdades son opinables.

Ser tolerante es ser relativista.

El cardenal Pie, en un sermón predicado en la Catedral de Chartres, hablando acerca de la intolerancia doctrinal, dijo: "Nuestra época grita: “¡Tolerancia! ¡Tolerancia!" Se admite que un sacerdote debe ser tolerante, que la religión debe ser tolerante. Mis hermanos: en primer lugar, nada iguala a la franqueza, y yo vengo a decirles sin rodeos que no existe en el mundo más que una sola sociedad que posee la verdad, y que esta sociedad debe ser necesariamente intolerante."

Karl Popper, en su teoría de la decisión, presenta su paradoja en la que se muestra una sociedad ilimitadamente tolerante, donde su capacidad de ser tolerante finalmente será reducida o destruida por los intolerantes. Popper concluyó en su libro "La sociedad abierta y sus enemigos" que, aunque parece paradójico, para mantener una sociedad tolerante, la sociedad tiene que ser intolerante con la intolerancia.

Dicho de otra manera: Una sociedad está basada en unos principios que la identifican y definen. Puede estar abierta a la evolución, a la confrontación de principios y puede plantearse cambiar esos principios. La búsqueda de la verdad ha de ser su única guía. Y una vez se encuentre, lo único que se puede hacer es arrodillarse ante ella, adorarla y defenderla. Pero mientras no encuentre principios que le acerquen más a la verdad, ha de ser forzosamente intolerante con los principios no asumidos. Porque si se asumieran y fueran falsos, lo único que conseguirían es cambiar su esencia y alejar a esa sociedad de la verdad.

Asumir esto es asumir implícitamente varias verdades:
  1. Que la verdad existe.
  2. Que la verdad es alcanzable.
  3. Que la verdad mejora a cada persona.
  4. Que la mejora de cada persona por la verdad mejora a toda la sociedad. 
  5. Que el cambio social, se obtiene a través del cambio personal y no al revés.
Por eso ser INTOLERANTE significa que :
  1. Soy respetuoso con los demás, no con sus ideas. Es decir, reconozco en las personas la grandeza (dignidad) de ser hijos de un mismo Dios y hermanos por adopción. Pero sus ideas pueden no provenir de Dios. No tengo por qué respetarlas. De hecho, hay ideas que lo mejor que se puede hacer con ellas es inmortalizarlas sobre papel higiénico limpio.
  2. Me adhiero totalmente a la verdad y por lo tanto, reconocer que no todas las ideas son igualmente válidas y que hay una superioridad moral y objetiva de unas ideas sobre otras.
  3. Afirmo que todas las ideas pueden ser debatidas, pero que la verdad existe y puede ser alcanzada.
  4. Tengo derecho a permanecer en mis ideas mientras esté convencido de que las mías son mejores. Del mismo modo, tu tienes derecho a permanecer en las tuyas.
  5. Respeto tu derecho a estar equivocado, según mi criterio. Del mismo modo que espero que tú respetes mi derecho a permanecer en mi supuesta equivocación, según tu criterio equivocado.
  6. No tengo derecho a permanecer en el error cuando sé que lo es. Puedo no saber qué hacer, pero no puedo seguir haciendo o diciendo lo que hacía, si sé que eso era erróneo.
  7. Tengo la obligación de buscar la verdad y saber lo que tengo que hacer.
  8. Tengo la obligación de decirte que estás equivocado según mi criterio y conocimiento de la verdad para que no permanezcas en tu error, si no lo sabías.
  9. Tienes el derecho de escuchar que estás equivocado.
  10. Tienes la libertad de poder cambiar si descubres tu equivocación, o permanecer en el equívoco, si no lo descubres.

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