Parasitado
El gallego tibio de la Moncloa se vendió a la masonería. Igual me da si está en una logia o si tiene algún grado. Lo importante es que asumió los valores y principios masónicos. El gallego convirtió al PP en socialdemócrata después de haber dicho claramente en el congreso de Valencia que el PP no era un partido liberal y que si los liberales querían un partido liberal que se crearan uno.
A mucha gente se nos abrieron los ojos y vimos como la avispa progresista inoculaba a la oruga del PP sus huevos de progresismo.
La jugada fue brillante porque, aparentemente, desde fuera, la oruga parecía oruga y su comportamiento, al principio no cambió. Pero poco a poco, los huevos se hicieron grandes y eclosionaron en larvas de avispa que poco a poco fueron haciéndose más y más grandes a costa de ir fagocitando por dentro al PP.
Las larvas de avispa fueron devorandos suavemente, poquito a poquito, despacito, sus entrañas diestras y sus valores tradicionales. Las larvas progresistas fueron convirtiendo al PP en un zombi cuya apareiencia recuerda ya vagamente a la oruga que un día quiso ser mariposa.
Hinchada de larvas de avispas progresistas (ideología de género, aborto, homomonio, educación ideologizada, ley mordaza,...), el PP va reventando ya por las costuras su verdadera nueva naturaleza cuyo parecido con las avispas que lleva dentro ya no puede disimular.
Un patético disfraz de derechas que a nadie convence, cuyo tufillo zurdo ya se transforma en hedor cuando ya tan sólo la débil corteza económica es el único disfraz que le distingue del PSOE y cuya fina capa española apenas puede ya disimular su parecido ideológico con el PSOE, la otra cara de la misma moneda.
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