Aprovechando que el crecepelo pasa por el arranque de cabelleras

Recientemente recibí un correo de una iniciativa que promueve el autoconsumo, la permacultura y hace gala de muchos consejos ecológicos, aunque algunos pocos rayen en lo esotérico. No existe el bien completo, como tampoco el mal es absoluto.

Este correo que remitía a esta página web era un ejemplo de cómo de infiltrada está la leyenda negra que hasta para vender un crecepelo natural se puede echar mano de falsos lugares comunes. Os copio un extracto que no tiene desperdicio:

Para los amerindios, el pelo es un reflejo del alma. Para ellos, el pelo largo y hermoso es el símbolo de un espíritu libre, de fuerza física y mental y de un valor inquebrantable.

(A) Por eso los indios solían arrancar el cuero cabelludo a sus enemigos para capturar sus almas.

(B) Por supuesto, hoy en día los Seminolas ya no arrancan cabelleras a la gente.

Pero siguen viviendo apartados del mundo moderno, con su propia agricultura y su pequeño ganado. Por las noches, estos indios se sientan alrededor del fuego y comparten los elixires que prepara el chamán de la aldea.

He marcado en negrita el Pisuerga de la falsa y vomitiva leyenda negra española cuando pasa por el Valladolid de las frondosas melena indias.

Me explico. Sólo con que la autora de este desafortunado panfleto se hubiera mirado un poquito la sesgada Wikipedia, se habría dado cuenta de que los Semiola, al igual que muchas tribus americanas, vivían en zona que pertenecía a la corona española y, por lo tanto, hacía muchas docenas de años, habían entrado en contacto con el hombre blanco, con el que convivían sin problemas, dentro de la corona española y siendo súbditos en SUS TIERRAS, las del imperio español.

Sólo fue cuando entraron en contacto con el imperio colonial inglés y francés, que "el hombre blanco" comenzó a diezmarlos. Y era tal la saña con la que se empleaban, que se hizo un edicto que pagaba a cada colono una cantidad de dinero por cada cabellera india que se traía.

La costumbre bárbara de cortar cabelleras fue adquirida por los indios nativos como consecuencia del comportamiento del hombre blanco NO ESPAÑOL. En el imperio español, jamás se hizo cosa semejante en las provincias españolas de ultramar.

La frase (A) da a entender que eran costumbres bárbaras precolombinas que sólo sirven para blanquear la tremenda injusticia que hicieron los blancos colonos holandeses, franceses e ingleses. Pero es que además, es falsa porque se hacía por venganza al hombre blanco que les hizo eso previamente.

La frase (B) es también muy indicadora de la mentalidad supremacista del hombre blanco que ha escrito este mensaje dado el tono condescendiente con el que se escribe y el guetto bucólico en el que encierra a los descendientes en la frase que viene a continuación.

Lo dicho, después de leer semejante panfleto, me tuve que tomar un Motilium.

Sin embargo, al hacer partícipe a esta empresa de estos puntos anteriores, compruebo sorprendido que han rectificado el mensaje. Puede verse que ya no se hace ninguna referencia a este desafortunado ejemplo de las cabelleras de los indios Semiola.

He de reconocer, con agrado, que este es uno de esos escasos ejemplos en los que se puede aplicar el refrán de que "rectificar es de sabios". Agradezco que hayan tomado en consideración los puntos de los que les hice partícipes en mi anterior correo y que, sin quitar un ápice de autoridad a su publicación, se haya reconducido el estilo de la misma. Un ejemplo de dignidad y justicia con nuestros antepasados que considero que les honra.

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