¿Un objetor? ¡Pero si son miles!".

Es una vergüenza las soflamas impostadas e hipócritas de Compro-mis. Un leve arañazo en la superficie del status actual y enseguida saltan las charos con toda la retahíla de lugares comunes, neolengua y prejuicios que salen de la boca de este partido catalanista y abortista.

Es muy importante desgrunar el lenguaje que emplean para deshacer las mentiras camufladas de derechos. Como piensa el ladrón que todos son de su condición, todas las opiniones y calificaciones vertidas en el artículo por "Compro mis", se podrían aplicar a la ley actual y a toda la telaraña clientelar que ha estado montando su parrtido y el partido socialista, durante años, con nuestros impuestos.

Hay un chiste muy malo de un loco que se escapa del manicomio, roba un coche y se fuga por la autopista. Al cabo de un rato, enciende la radio y el locutor dice alarmado: "Se ha escapado un enfermo mental del manicomio y se dirige por la autovía estatal 3 en dirección contraria a toda velocidad". El loco alarmado, exclama: "¿Uno? ¡Pero si son miles!". 

En este mismo tono hay que entender el párrafo final del artículo en el que la enajenada diputada Mónica Álvaro, que se considera adalid de los derechos feministas, que no femeninos, exclama como el loco del chiste: "...tenemos un grave problema cuando en espacios sanitarios como el Hospital General de Alicante, todos los facultativos se declaran objetores y no se pueden realizar abortos en el centro público, incumpliendo la Ley Estatal"

Ciertamente lo que es inicua es esa ley que permite el aborto y quiere forzar a los sanitarios a ser cómplices de asesinatos fetales

Parafraseando al inigualable Lope de Vega, se podría decir que 

«Todo lo que manda Mónica, 
  que va contra lo que Dios manda,
  no tiene valor de Ley orgánica,
  ni es diputada quien así se desmanda.»

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