Menos aspavientos y más coraje, Bergolio
Tras haber leído el discurso del Papa en la cop28, tengo alguna coincidencia y objeciones a su discurso.
Coincido con el Papa en que los cambios climáticos actuales derivan del calentamiento del planeta, causado principalmente por el aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Sin embargo, echarle TODA la culpa al ser humano, no es de recibo. Puede tener una parte importante de responsabilidad, pero la Naturaleza, en si misma, también contribuye a esto.
Afirmar que en los últimos decenios esto se ha vuelto insostenible para el ecosistema es una falacia populista. Sí que es verdad que algunos sitios han visto afectada su productividad o el incremento de sequías, pero no es menos cierto que otros han mejorado.
Teniendo razón, desvía la atención hacia otros campos, ocultando las verdaderas raíces del problema actual que es la degradación de los ecosistemas.
Siendo el aumento del CO2 uno de los elementos que tensiona la agresión al medio ambiente, este no es, ni con mucho el problema principal. El efecto invernadero de CO2 tienen un punto de saturación entre 50 y 100 ppm. Agregar más y más CO2 prácticamente no tiene ningún efecto sobre el flujo de energía y, por lo tanto, sobre la temperatura final obtenida en la Tierra. Esa es la saturación del efecto invernadero debido al efecto térmico del CO2 en la atmósfera.
Hacer aspavientos con la acumulación de CO2 sabiendo que por más CO2 que metamos en la atmósfera, ya no va a tener efecto real sobre el cambio climático, es realizar una genuflexión sobre el montaje del cambio climático y añadirse a la panda de palmeros tragacionistas del discurso dominante del NWO.
Coincido con el Papa cuando dice que la ambición por producir y poseer se ha convertido en una obsesión de explotación desenfrenada del ambiente. El clima trastornado es una advertencia para que detengamos semejante delirio de omnipotencia. El único camino para poder vivir en plenitud es que volvamos a tomar conciencia, con humildad y valentía, de nuestro límite.
El Papa, como vicario de Cristo en la Tierra, si tiene que hablar en nombre de alguien es en el nombre de Cristo, y dejarse de frases como "...permítanme que, en nombre de la casa común donde vivimos, me dirija a ustedes, como a hermanos y hermanas". Usted está en su derecho de referirse a los asistentes al Cop28 como hermanos y hermanas. Pero no se olvide que esto sólo es posible en cuanto que todos somos hijos del mismo Dios Padre y hermanos en Jesucristo. No escamotee usted esta verdad a la audiencia.
Nadie le ha concedido a usted hablar en nombre de la casa común donde vivimos. Entre otras cosas porque esta casa tiene un Dueño, que es Dios, y usted se arroga su autoridad en tanto que es representante de la casa, eludiendo al Dueño. Flaco favor nos hace.
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