2+2=4 SIEMPRE
Siempre que
algún extremista diga que dos más dos son seis, siempre saldrá algún
moderadito democratiquito diciendo, siempre en nombre de la concordia y
del consenso, que dos más dos son cinco.
Cuando Irene Montero advierte: "El aborto es un derecho básico de las mujeres", siempre saldrá un Alberto Núñez Feijóo confirmando una postura intermedia recalcando que "no es un derecho fundamental".
Cuando el partido socialista quiere afirmar que dos personas del mismo sexo se puedan casar y formar una familia al mismo nivel que cualquier matrimonio heterosexual, el PP afirma que eso son uniones civiles. En 1997, el PP de Aznar, presentó en el Congreso de los Diputados una ley para regular las uniones civiles por medio de un contrato, que la oposición rechazó por no equiparar a esas parejas de hecho con los matrimonios. El entonces portavoz del PP en la Comisión Constitucional del Congreso, Jorge Trías, explicaba que la ley contemplaba todo tipo de convivencias: desde la de amigos que comparten piso, hasta la de dos ancianos o familiares que conviven bajo el mismo techo. La consanguinidad no era impedimento para el contrato civil.
Lo mismo ha pasado con temas como el cambio climático, la educación, la ley del sólo sí es sí, las leyes trans y tantas otras.
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.
Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré,
Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
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