Inmigración
Metáfora del cuerpo
La metáfora más clara que se puede emplear como símil para analizar el asunto de la inmigración ilegal es la Naturaleza. La Naturaleza lleva miles de millones de años intentando obtener los procesos más eficientes posible para permitir que los procesos de vida se mantengan por la mayor cantidad de tiempo en funcionamiento autónomo.
La metáfora que recrea cómo tratar a la inmigración consiste en realizar un paralelismo entre un cuerpo animal y un estado actual.
Frontera-piel
En este sentido, mi modelo es el modelo animal. TODOS los sistemas vivos multicelulares animales disponen de una barrera que separa el animal de su entorno. A eso se le denomina piel. La piel tiene como objetivo contener al cuerpo y separar sus procesos internos del medio ambiente para permitir que se puedan desarrollar con normalidad. La piel aísla al cuerpo del no cuerpo, retiene sus nutrientes y líquidos para evitar su evaporación en entornos cálidos o su congelación en entornos fríos. Sin la piel, se perderían importantes nutrientes, líquidos y se permitiría que patógenos entraran en el organismo para destruirlo. Esta piel sería el equivalente a las fronteras que cualquier estado puede establecer legítimamente.
Entradas reglamentadas-Alimentación
Existen canales para el ingreso de recursos externos al cuerpo como es la boca, mediante la cual se ingieren, no sólo alimentos, sino no también organismos como los presentes en el yogur, levaduras en el pan u hongos como el kéfir. Estos serían los canales adecuados de entrada de extranjeros en un país.
Los extranjeros que pueden promover riqueza, bienestar y mejorar la salud del país, siempre son bienvenidos: los formados en las universidades, los jóvenes que pueden dedicar su vida a trabajar en el país con formación que hace falta, los viejos que compran posesiones y traen jubilaciones que dejan en el país, viajeros, turistas... son todos bienvenidos por los cauces adecuados de los cuales se provee cada país.
Los virus, bacterias patógenas y demás organismos que sólo quieren aprovecharse del cuerpo y acaban generando enfermedades a largo plazo porque no se unen al organismos, sino que permanecen en él sin integrarse. A esos, se les debe impedir la entrada en el país y si llegan a entrar, es perfectamente legítimo expulsar los parásitos del organismo.
Policía-sistema inmunitario
De nada sirve detectar a un patógeno si no existe la forma de destruirlo o al menos, expulsarlo del cuerpo, por el bien del cuerpo, para que la vida del cuerpo siga y permanezca.
Identificado el cuerpo externo que daña al organismo, hay que detenerlo y neutralizarlo. La detección y detención del organismo la realiza las fuerzas de seguridad del estado. Llevados ante el sistema judicial, el patógeno es neutralizado y, si persiste en su actitud, debería ser expulsado del cuerpo al que persiste en parasitar.
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