Ingerencias educativas
Aviso: Soy vegano acérrimo. Me encanta comer fruta y verduras. Me encanta tanto, que me gustaría comerme hasta la hierba, pero mi metabolismo no me lo permite. Así que prefiero comerme a todos a los animales a los que les encanta la fruta, la verdura y la hierba.
Digo esto porque la queja de esta madre está totalmente fundamentada y el colegio, que tiene el mandato de los padres de educar a sus hijos en nombre de los padres, tiene la obligación de ser, cuanto menos, neutral con las convicciones morales y éticas de los padres. Y debe de priorizarlas sobre las convicciones de los maestros, cuando estas no van en contra del derecho natural.
La clase de 8 años a la que asiste la hija de esta señora vegana ha decidido que quieren ir al carnaval vertidas todas de pescadoras. Claro, un oficio que consiste precisamente en acabar con la vida de los animales acuáticos precisamente para comérselos... no cabe dentro del esquema moral y ético del veganismo.
La contestación de las profesoras ha sido literalmente que: "... todas tenemos principios morales y éticos, pero que hay unas normas en la clase..." y ahora, esta madre tiene que educar a los educadores sobre qué significa ser un colegio, qué significa ser un educador y qué normas están por encima de otras y qué significa respeto a las creencias personales, morales, religiosas o éticas.
Estas son las consecuencias del relativismo, de la reducción de las creencias al ámbito personal, de la dictadura que, bajo coartada del respeto a los demás, te silencian; acabando de facto con la libertad de opinión como paso previo a la cancelación de tu pensamiento. Del derecho legítimo a educar a tus hijos de acuerdo con las convicciones que te han permitido sobrevivir hasta el día de hoy, ya si acaso, hablamos otro día. Esta es la clave de los regímenes totalitaristas. Esta es la imposición ideológica que, diseñada desde el poder, se te aplica a ti; ejerciendo violencia vicaria sobre tus hijos para ir adoctrinándoles en los principios del régimen.
Imaginen que en el colegio de sus hijos quieren ir todos disfrazados al carnaval de... pongamos... enfermeras de clínica abortista... o de hembristas empoderadas... o de las "trece rosas"... o de trans... y usted no quiere que a sus hijos los vayan normalizando en estas realidades marginales... ¿Tendría usted derecho a que su hijo no participe de determinadas actividades del colegio simplemente porque la normativa de un colegio de barrio lo exija?¿Debería usted sonreír mientras le obligan a esconder sus creencias en el ámbito privado, como si fuera algo vergonzoso, mientras tiene que soportar cómo le inculcan valores contrarios a los suyos, empleando para ello sus impuestos que le sacan de forma coactiva?¿Es la escuela la que está al servicio de los padres y es autorizada por los padres a educar a los niños en su nombre o son los padres los que tienen que realizar una genuflexión ante la potestad educativa del centro y "sus normas"?
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