Las ratas ciudadanas y los flautistas sociales de Hamelin

Viendo la evolución del poder a lo largo de la historia, se podría decir que el verdadero poder está en el sujeto. Actualmente jamás hemos estado bajo la presión de más poderes y de tan diversa índole como ahora. 

Del mismo modo que los revolucionarios bolcheviques secuestraron la II República como paso previo a instaurar la revolución rusa y la prostituyeron; así la partitocracia inorgánica, ha secuestrado la democracia apoderándose de las instituciones y robándole el poder al pueblo para gestionarlo según el capricho del tirano de turno en que se ha convertido el presidente del gobierno.

La democracia ha sido prostituida en la medida en que la representatividad ciudadana ha sido corrompida por manipulación endógena (partitocracia) y la exógena (corrupción). Esto ha producido heridas de poder que han desangrado al pueblo, provocando un flujo que, por gravedad, ha sido recogido por por parásitos empresariales, mediáticos y políticos.

La pedagogía empleada por las clases dirigentes y la educación devaluada ha dejado a la ciudadanía sin defensas frente al incremento de imposiciones, muchas de ellas arbitrarias, como hemos podido constatar en la pandemia. Acierta Han al denunciar que el Big Data se ha convertido en la reencarnación del Big Brother, convirtiendo el salvaje oeste de internet y las RR.SS. en un sistema de vigilancia ahora trucado en cárcel gracias al panóptico digital en el que hemos convertido la red. 

Nos han acostumbrado a comprar seguridad con nuestra libertad y hemos conseguido obtener al final un zulo en el que se puede sobrevivir, pero no vivir humanamente. Un encerramiento querido y, hasta cierto punto anhelado, por una manada de ratas extasiadas con la música del flautista cuya mnelodía promete falsamente lo que queremos oir. El sistema ha manipulado nuestros deseos hasta hacernos preferir el deshonor de la sumisión a poderes fácticos, legales e inhumanos. Vótanos, consume y calla. No poseas nada y serás feliz. Y todo esto, garantizado por quien tiene todos nuestros datos y sabe todos nuestros gustos mejor que nosotros.