Muerte por donación
Ya en el lejano 2016, se planteaban en la avanzada Holanda que por qué tenían que desperdiciar los órganos del eutanasiado al dejarlos inservibles por culpa del veneno si de todas maneras se iba a morir igual su dueño.
De momento, en el artículo Legal and ethical aspects of organ donation after euthanasia in Belgium and the Netherlands se lo planteaban como una "invitación" a los eutanasiables.
Pero en cuanto los ricos necesiten un órgano con urgencia o el negocio de los trasplantes de eutanasiables cobre vigor, la poresión por lo órganos y por que los depresivos se eutanasien si tienen un buen estado físico, será insoportable y casi que obligatorio.
Las implicaciones éticas y los retos a los que somete a la sociedad no son triviales. De hecho, el cambio que ya se está reclamando es que en lugar de esperar a que el paciente haya muerto por asesinato médico para después quitarle los órganos, se pretende que sea ya directamente el acto de donación el que cause la muerte.
Dos médicos y un bioeticista ya lo proponían en 2018 en The New England Journal of Medicine basándose en el principio utilitarista de que mejora la calidad del
trasplante como una justificación ética suficiente para ese 'homicidio'. Es lo que eufemísticamente se denomina "Eutanasia por donación".
Recientemente se ha vuelto al ataque en este punto como comentaba Justo Aznar para la agencia Zenit y se nuevo en septiembre de este mismo año, se sigue presionando desde las revistas científicas para que se aplique la muerte por donación.
La dulce e irresistible pendiente que nos lleva al abismo que todos coinocemos. De nuevo, no puedo por menos que dar la razón a Goya cuando decía que los sueños de la razón generan monstruos.
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