Hay que acabar con las Fallas
Contaminación
Es normal que la izaquierda política no pueda tragar a la fiesta de Las Fallas. Es que estas fiestas son pura contaminación en todos los aspectos imaginables:
1.- Contaninan acústicamente con
- Los petardos. No sólo los que tiran los falleros, sino los que tiran todos los espontáneos que aprovechándose de las Fallas, se dedican todo el día a tirar cohetes, fumarolas, fuentes, masclets...
- Los casales que no paran de estar llenos esos días y el bullicio no para hasta altas horas de la madrugada.
- Los casales porque siempre tienen que poner bervena hasta altas horas de la madrugada con los altavoces a tope. Y lo peor, no es el volumen, sino el insufrible bacalao y reggeton.
2.- Contaminan el aire que respiramos, llenándolo de gases nocivos:
- Venga a apretar las normativas de gasóleo obligando a reducir los contenidos de azufre por el bien de Gaia y resulta que la pólvora está hecha fundamentalmente con azufre.
- Las Fallas están hechas de toneladas de pinturas sintéticas, barnices; cartón piedra, hecho fundamentalmente de cartón y pegamento/cola de carpintero. Y recientemente hay que añadir el detestable corcho blanco hecho de poliestireno expandido cuyo tóxico humo no hay quien lo soporte
Religión
Las Fallas, además, es una fiesta religiosa. HORROR.
Por si fuera poco, es una fiesta que exalta el heteropatriarcado porque se hace en honor de un hombre religioso, judío, blanco o al menos bastante caucásico; que tiene a una mujer subyugada cuidando de otro hombre (Jesús). Una mujer que no ha podido abortar un embarazo no deseado. Una mujer que no puede traabajar porque tiene que estar en casa cuidando de su marido e hijo y de la que se aprovechan porque no tiene estudios, ni se le ha permitido hacerlo. Una mujer que vive en un entorno de pobreza e indigencia, en total precariedad; totalmente entregada a la voluntad de Dios Padre, otro hombre. Una mujer emigrante (a Egipto) a donde tuvo que huir de la opresión del heteropatriarcado de Herodes; que además quería matar a su hijo.
¿Qué vamos a celebrar? ¿A un hombre del que no se le conocen amantes, ni tuvo jamás un desliz?¿Un hombre que siempre se mantuvo fiel a su mujer hasta la muerte?¿Un hombre que no conoció ni el repudio ni el divorcio?¿Un hombre que iba de casa al trabajo y viceversa?¿Un hombre rudo que no tuvo el más mínimo miramiento en cargar a su mujer en una mula y llevársela a Belén de Judá estando a punto de parir; que casi la mata y que tuvo que parir extenuada del camino nada más llegar a Belén?
En serio, ¿la izquierda política va a celebrar, o permitir celebrar una fiesta por ese hombre? ¡Vamos, hombre!
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