Trans

Los ideólogos de género tuvieron que inventarse el término transexual para referirse a personas de un sexo que se identifican con el opuesto. Así una mujer trans es un hombre que cree ser mujer y un hombre trans es una mujer que se cree un hombre.
A esta discrepancia en la autopercepción, la Asociación Psiquiátrica Americana la denomina disforia de género
Asumiendo el concepto trans y transfiriéndolo a otros ámbitos de la vida, podríamos obtener las siguientes patologías todavía no diagnosticadas por la Asociación Psiquiátrica Americana en su famoso DSM V:
  • Curas trans. Dígase de aquellos laicos que se perciben como sacerdotes y que pretenden dirigir la parroquia, enmendarle la plana al cura y si pudieran, formalizar ellos mismos los sacramentos sin ni siquiera ser diáconos.
  • Laicos trans. Curas que se creen laicos y van de paisano sin usar sotana ni alzacuellos ni nada que pueda relacionarles con la Iglesia. Muchos de ellos, acaban transicionando y convirtiéndose en laicos e incluso en casados tras la aplicación de terapias laicistas adecuadas. La monja Teresa Forcades es un claro exponente trans.
  • Políticos trans. Dígase de aquellos obispos católicos que se meten a hacer política en lugar de dedicarse a las cosas de Dios Mc 12,17. Son especialmente activos la conferencia episcopal catalana.
  • Franceses trans o comunmente denominados "afrancesados". Son españoles que, sintiéndose extraños e incómodos con su nacionalidad española, su "identidad" es francesa. Buena parte de estos viven holgadamente en los nacionalismos catalanistas.
  • Británicos trans o comunmente denominados estadounidensizados. Se identifican claramente por su adhesión intelectual y sentimental a la cultura británica y sus derivadas norteamericanas. Un claro ejemplo de esta patología es el periodista César Vidal.
  • Católicos trans. Suelen ser protestantes, ateos, agnósticos deseosos de creer y fervientes creyentes del NWO que se sienten y se creen católicos en sus formas, si bien tienen el genotipo pagano hasta en la última célula de su organismo. Son ejemplos palmarios de esta disforia católica Joe Biden y José Bono que se jactan de autodenominarse fervientes católicos siendo simultáneamente entusiastas defensores del aborto, de la ideología LGBTI, la eutanasia y demás lindeces del NWO.
  • Diestros trans. Son personas que se identifican a sí mismos como de derechas, pero tienen totalmentee asumida todos los postulados culturales de la izquierda. Mariano Rajoy, Celia Villalobos o Pablo Casado son dos buenos representantes de esta disforia diestra.
  • PSOE trans. Suelen ser miembros del partido socialista que denominándose todavía obrero y español apoyan los nacionalismos excluyentes demembradores de España y las luchas hembristas, de género, aborto y anticoncepción especialmente para los obreros pobres,... abandonando a su suerte a toda la clase trabajadora. Zapatero y Sánchez son un paradigma trans.
  • Alumnos trans. Son profesores que se dedican a tirar por tierra la autoridad del profesorado haciéndoles creer a los alumnos que ellos también lo son en su patético intento de seguir siendo jóvenes en plena crisis de los 40.
  • Amigos trans. Padres que les dicen a sus hijos que son sus amigos degradando su condición superior de padres a la de un simple conocido o amigo del hijo.
  • Jóvenes trans. Personas que se consideran jovenes a pesar de tener edad de estar jubilados. Antiguamente se les consideraba viejos verdes o viudas alegres.
El problema de todos los trans es que son lobos con piel de cordero en medio de una manada de corderos a la que intentan imitar sin cambiar de naturaleza interna pero imitando los modos externos. Esta táctica de infiltración en líneas enemigas, confunde a los enemigos y siembra la desconfianza en la manada tanto interna como externamente. Ya no se sabe quien es el lobo y quien el cordero, quien se comportará como cordero oliendo a lobo y si hay lobos que se comportarán como tales. Lo mismo con las ovejas.
Además, estos trans suelen presentar su complejo de inferioridad elevado fruto de su convencimiento interior en la impotencia del "quiero y no puedo", "deseo y sigo sin ser", "lucho y no venzo ni convenzo ni alcanzo". Su frustración y su incapacidad de ser aceptados por falta de integridad y estar basados en una mentira patente para todos, los convierte en furibundos rencorosos. La sobreactuación para reforzar su autoconvencimiento de que dan el pego les lleva a compensar con el hacer su falta de ser. Las drag-queen son un ejemplo claro de esta sobreactuación fingiendo ademanes femeninos hipertrofiados que acaban convirtiéndoles en una caricatura patética de la realidad cotidiana del ser mujer. 


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