Transhumanismo

El transhumanismo aparece en la década de los 80, en California, donde un grupo de científicos, artistas y futuristas proponen que los seres humanos se transformen en seres que expandan sus capacidades hasta convertirse en posthumanos. Eufemismo que pretende ocultar que el ser engendrado ya no sería humano en su sentido natural, sino un ser superior, al estilo del Superhombre de Nietzsche.

Esta tentación siempre ha estado presente. Adán comió de la manzana precisamente para traspasar la barrera que le impedía ser Dios. Prometeo robó el fuego a los dioses o Ícaro superó las limitaciones humanas volando con sus propias alas artificiales. El transhumanismo pretende anticipar el Cielo en la Tierra. De esta manera, la tendencia innata de querer ir al cielo, obligaría a quedarse en la Tierra, para siempre, destruyendo como efecto colateral el plan de Dios para los hombres [1]. De ahí la perversión de esta iniciativa.

Descubierta la teoría de la evolución natural darwiniana, el ser humano no se conforma con los tiempos de la evolución sino que conocidos los mecanismos que emplea, utiliza medios artificiales para acelerarla mediante la tecnología. Mientras el progreso científico y los descubrimientos benefician al hombre y mejoran su vida, el transhumanismo busca manipular al hombre, cambiar su naturaleza creando otro ser diferente superior al hombre. La eugenesia y la eutanasia serían también bienvenidas en el proceso mientras no se acceda al nuevo hombre.

Los axiomas del transhumanismo son que el hombre:

  1. Lo puede todo. Es el hombre empoderado en la ciencia y la tecnología.
  2. Puede ser lo que quiera. La Ideología de género es una poderosa aliada que le permite superar su naturaleza biológica pero que no se queda sólo en el sexo, sino que puede dar lugar a las transespecies[7], transraza[8], transedad[9] y todo lo que trans-greda cualquier limitación que nos coarte nuestra libertad.
  3. Puede hacer lo que quiera. Hay que acabar con toipes morales y éticos que sólo aplican a los humanos, no a los transhumanos.
  4. Puede ser inmortal. En este sentido aparece el cultivo de órganos genéticamente compatibles para ir reparándonos, las prótesis robóticas o mecánicas que nos conviertan en ciborgs o los intentos de eternizar nuestra existencia virtual en la nube tras el colapso del cuerpo humano.
  5. No existe el alma, ni la trascendencia. Se parte de una cosmovisión cientificista, materialista y atea del ser humano [2]. La Nueva Era y las nuevas corrientes gnósticas apoyan esta nueva cosmovisión posthumana anticristiana. [

Todos estos axiomas se resumen en la antigua propuesta de la serpiente: seréis como dioses.

[1] Revista digital Religión en libertad. “Transhumanismo”. Juán Manuel de Prada. 05-01-2019.

[2] Revista digital Infocatólica. Albert Cortina: El transhumanismo parte de una cosmovisión cientificista, materialista y atea del ser humano. 10-05-2018.

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