No hay mala píldora que por bien no venga

Dentro de la maldad de la noticia publicada en VoxPopuli, el ex ministro de Sanidad, Salvador Illa, le ha dado una manzana envenenada a su sucesora, Carolina Darias.

Salva es un buen ejemplo de machista que desprecia la salud de la mujer y desea que quede pronto de nuevo disponible para copular con ella. Aplica la lógica del león que acaba con la camada para que deje de amamantar la leona y vuelva a estar disponible sexualmente para él.

Pero también es un ávido político mamón, es decir, adorador del dios Mammon y quiere recortar el coste de asesinar a tu propia hija dentro de ti cuando todavía no puede defenderse.

Para ello, ha conseguido la cuadratura del círculo generalizando en los centros de salud el denominado aborto farmacológico hasta la novena semana de gestación (*).

Las hembristas del PSOE y Podemos especialmente, y el hembrismo, en general, están protestando porque 

1. Illa ha cedido a las presiones del lobby farmacéutico. Desconocemos el precio pagado por las farmaceuticas que generan esos venenos.
   
2. Esta medida pone en riesgo la salud de las gestantes porque corren riesgo de tener hemorragias sin control médico en sus propios domicilios donde saldrá el hijo muerto y se tirará a la basura o por el retrete. De esta manera, también se eliminan gastos de gestió de residuos orgánicos hospitalarios a costa de contaminar las aguas fecales.
   

Pero lo que de verdad más duele es que esta medida conduciría de facto al cierre a la red asistencial de clínicas privadas por asfixia económica a los centros.

Son los mataderos fetales privados los que realizan, desde hace 35 años, la gran mayoría de los aproximadamente 100.000 Asesinatos Fetales Impunes practicados cada año en España. El dato crítico es que el 70% de los AFIs se practican antes de las ocho semanas de gestación. Si ahora a todo este volumen de pacientes se les deriva, por ley, a los ambulatorios, a las clínicas privadas les quedará un mero papel subsidiario, para atender quirúrgicamente el 30% restante residual.
La reforma amenaza las clínicas abortivas, que irán a la quiebra por falta de pacientes.

Este apretón económico se junta con que, gracias a Dios, los médicos que empezaron a asesinar en 1985 ya están comenzando a jubilarse y ya no se cubrirán sus vacantes.

Las propias hembristas reconoce que la mayoría de los sicarios que practican abortos, se han formado en esos mataderos y, afortunadamente, ya empieza a haber escasez de personal. Tampoco hay aprendices de sicarios dada la enorme oposición de buena parte del colectivo médico. BRAVO.

Las hembristas, tanto del PSOE como podemitas, afirman que "...el aborto farmacológico sólo puede ser una “opción” más de la gestante, nunca una obligación impuesta por el Ministerio de Sanidad que excluya el aborto quirúrgico".

Es decir, en educación, el estado se entromete hasta allanar los derechos de los padres ofertando una única opción estatal o autonómica y si quieres una educación diferente, te la pagas íntegra de tu bolsillo.

Sin embargo, cuando en buena coherencia con su despotismo totalitario, aplica el mismo criterio economicista a las madres embarazadas, entonces saltan las hembristas a degüello diciendo que la calidad del asesinato y la libertad de elección de centro gratuito es prioritaria sobre el coste que lo tienes que seguir pagando tú.

La ley del embudo donde tú siempre estás en la parte estrecha.

Profetizo que todo quedará igual y la rabieta se saldará con un par de latigazos laicistas a la Iglesia.

(*) N.d.R. Traducido de la neolengua al español: Básicamente, el ambulatorio suministra un tratamiento con píldoras a la embarazada y, si no hay complicaciones, expulsa naturalmente el feto en casa sin necesidad de acudir a clínica alguna, privada o pública.