Sexo en el deporte y en el videojuego

Está claro que hay mujeres que pueden pegar patadas. Últimamente se están prodigando mucho en el cine donde nos están metiendo nuevos roles con el fin pedagógico de romper los moldes sexistas estereotipados.

Está claro que hay que dejar que las peguen. Está claro que existen hombres a los que no les gusta pegar patadas. Sin embargo, conviene analizar el porcentaje de hombres federados en cualquier deporte respecto del total de mujeres federadas,...

Es absolutamente esclarecedor la siguiente gráfica generada por el Ministerio de Cultura y Deporte en la que no ha podido todavía meter mano el Ministerio de Igual da.

Ahora correlacionemos esta gráfica con un sondeo que realizó la Fundación Quantic, una empresa de investigación de mercado centrada en la motivación de los jugadores que combina las ciencias sociales con la ciencia de los datos para comprender qué impulsa a los jugadores, se puede apreciar mejor la relación entre motivaciones y sexo. De estos dos análisis, destaco las siguientes observaciones:

1. Hay menos de un 5% de mujeres federadas en futbol al tiempo que el total de mujeres que juegan a videojuego de deporte, no llegan al 2%.
2. Hay un 10% de mujeres federadas en automovilismo o un 5% en motociclismo al tiempo que el total de mujeres que juegan a videojuegos de carreras, no llegan al 7%.
3. Hay un porcentaje testimonial de mujeres federadas en caza o un 10% de mujeres federadas en tiro olímpico, al tiempo que el total de mujeres que juegan a videojuegos de tipo FPS no llegan al 7% o un escaso 5% en shooters tácticos.
4. En los deportes de Taewondo, Kárate o esgrima, el porcentaje de federadas sube a un 30%, lo cual se corresponde con el 18% de mujeres en juegos de exploración y aventuras, o el el 20% de RPGs de acción, 25% de juegos de plataformas o de supervivencia tipo Rogue Like.

Como se puede observar, se confirma que cuando dejas en absoluta libertad a ambos sexos y dejas que se expresen naturalmente, las evidencias son absolutamente esclarecedoras. Existe un claro sesgo sexual en los comportamientos humanos y que es propio de su naturaleza. Si acaso, lo del género, lo dejamos, ya si eso, para otro día.