Sensibilidad arcoiris asimétrica
Los hechos
Roger Montoya, de 60 años, de Velarde, es un candidato demócrata que se postula para un escaño libre en la Cámara de Representantes de Nuevo México por el distrito 40 del estado, asolado por la pobreza. El candidato admitió el lunes que apareció en dos películas de pornografía gay a principios de la década de 1980. Lo justifica porque era un dinero fácil que le permitía mantenerse como un estudiante universitario con dificultades económicas.
Ahora va y dice que "no estaba orgulloso de esa elección, ya que era joven e ingenuo, pero esas experiencias me ayudaron a comprender la explotación que enfrentan los jóvenes". Montoya dijo que tomó su decisión "en un entorno y un momento muy diferentes".
Montoya es un candidato demócrata fetén. Encarna los valores nucleares del partido: es cofundador de un centro juvenil local que brinda clases de arte, música y danza. Montoya también ha organizado un grupo de apoyo para el VIH en Española y participó activamente en los esfuerzos para terminar con el patrocinio de la ciudad de un tributo anual a un conquistador español vilipendiado por muchos nativos americanos locales. Y es el opositor al candidato Republicano Justin Salazar-Torrez en su demarcación de la Española.
El análisis
Derecho a la redención
Dice Montoya, con razón, que "Esas experiencias no reflejan quién soy, y son insignificantes en el alcance del trabajo de mi vida" y que "ayudaron a inspirar mi dedicación a mi comunidad y el trabajo que hago para asegurarme de que los jóvenes tengan oportunidades, apoyo y confianza".
Ciertamente existe el derecho a la redención y una cosa es el robo y otra el ladrón. La gente tiene derecho a cambiar y es muy sano y curativo reconocer los errores. Montoya lo ha hecho.
Decía S, Agustín, santo obispo y doctor de la Iglesia, que "no existe santo sin pasado ni pecador sin futuro"
Sin derecho al olvido
Sin embargo, en tiempos de internet, cuando todo es registrado, siempre saldrá alguna alma caritativa, bien intencionada, a recordar la verdad de lo que pasó. Así, el blog conservador Piñon Post a finales del mes pasado, informó por primera vez de estos hechos asociados al candidato Montoya.
Consecuentemente, el Partido Republicano del Estado pidió al ex actor que se retire de la carrera política contra el candidato republicano Justin Salazar-Torrez de la demarcación de Española.
Su argumentación era cierta, "si bien muchos estudiantes encuentran la universidad difícil financieramente, muy pocos eligen esta ruta para resolver sus problemas. Este tipo de comportamiento arriesgado e imprudente es inaceptable".
El presidente del Partido Republicano del estado, Steve Pearce, también amonestó a Montoya, calificando su comportamiento de "irresponsable" e "imprudente".
"Protagonizar películas de porno gay, ya sea que tengan lugar ahora o hace años, es impropio de cualquier candidato o funcionario electo", dijo Pearce en un comunicado. "Nuevo México aprecia sus fuertes valores tradicionales, y Montoya debería irse la carrera inmediatamente ".
Lecciones aprendidas implícitas
De todo este rifirafe, sacamos varias lecciones bien sustanciosas:
- Da igual el altruismo y compromiso que tenga Montoya hoy en día por la desigualdad educativa y económica, el acceso a la infraestructura del agua o la atención médica en la época de COVID en su campaña electoral. Lo que busca la gente es la integridad moral de los que se dedican a la cosa pública. La moral importa. Si no crees en nada ni practicas ninguna religión, al menos una ética coherente y permanente, que no la cambies como una veleta al menor cambio de aire.
- El pasado siempre sale y más en tiempos de internet. Conclusión: no hagas nada que no pueda perjudicarte en el futuro, por más que te apetezca o parezca apetitoso o sin consecuencias.
- El silencio que guarda el partido demócrata en este asunto es elocuente. Es el reconocimiento implícito de que
- El comportamiento de Montoya es reprobable. Lo cual viene confirmado por las declaraciones de Montoya que dice "sentirse avergonzado de lo que hizo y que no está orgulloso de ello".
- Es lamentable que el colectivo gay, tan sensible en estos puntos y tan ampliamente representado por el partido demócrata, no haya salido a morderle la yugular al candidato por sentirse avergonzado de su comportamiento gay y por rechazar públicamente su respetable trabajo como actor porno gay. Lamentable su sensibilidad asimétrica manifestada contra un candidato cuyo comportamiento homosexual está detrás de su vergüenza.
- La industria del porno es vergonzosa y uno de los grandes tabúes de nuestra sociedad. Una parte importante de la sociedad ve porno. Llama la atención que pese a ser un comportamiento tan normalizado y habitual, resulte a la vez tan ofensivo y deshonroso. El "sensus fidei" no engaña.
- No es un trabajo ser actor porno porque, a diferencia de un barrendero o de un profesor universitario, ese tipo de comportamientos resultan oprobiosos y se intentan ocultar. Mientras tenemos presidentes que intentan obtener títulos a cualquier precio para pavonearse de ellos, este tipo de hitos profesionales, nunca aparecen en los C.V. y si no hubiera sido por los medradores del partido contrario, nunca habrían salido a la luz.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja aquí tus comentarios a esta entrada