Sensibilidad asimétrica
El fin de semana pasado, un hombre de 26 años moría acuchillado por su ex-novia en Broto, Huesca.
No hará ni dos semanas, una madre asesinaba a su hija de 5 años.
Frente a estas barbarie, la universidad permaneció muda. Ni una esquela o referencia ni a la niña asesinada ni al ex-novio.
Por otro lado, si cada vez que pasa algo ajeno a la formación o a la investigación univesitaria, la universidad tuviera que manifestarse institucionalmente, no podría cumplir con su objetivo y esto no aportaría mucho a la repulsa que ya se le supone a estos actos tanto como institución como por cada uno de sus miembros.
Sin embargo, el fin de semana pasado, Alina fue asesinada por su pareja masculina, que no marido, el cual fue detenido al poco tiempo.
De cara al postureo que se nos impone desde el Nuevo Orden Mundial dada la proximidad del 8M, a la UPV le ha faltado tiempo para condenar el asesinato de Alina al que no ha perdido tiempo en calificar de machista mientras que no ha condenado ni ha calificado de hembrista a los otros dos primeros.
Y no sólo eso, sino que además sobreactúa con la fe del converso parando su actividad a las 12 h en los tres campus.
Y no guardarán un minuto de silencio masónico. No. Guardarán tres.
La universidad tiene que demostrar a los nuevos amos quienes son los que mandan y además tiene que demostrárselo a sí misma para ayudar a interiorizar la nueva narrativa que se le impone:
- Afirma el organismo que "son hechos dramáticos ante los que una entidad comprometida con el bienestar social no puede permanecer impasible". Sin embargo, no ha movido ni un bedel para denunciar los dos hechos dramáticos del principio frente a los cuales SÍ QUE HA PERMANECIDO IMPASIBLE.
- Afirma el ente que "la denuncia pública y la visibilización de que estamos ante algo intolerable son obligadas". Por lo visto el asesinato de una niña y de un ex-novio sí que son más tolerables y la entidad no se siente "obligada" ni a denunciar ni a "visibilizar".
Luego nos llenamos la boca de inclusión. Lo que nunca se cuenta es de qué incluidos estamos hablando ni de la asimetría de los incluídos.
La pregunta sería... Sr. Rector, ¿quien le está obligando a visibilizar a la asesinada mientras ocultamos al resto de muertos?
Tal vez sea el marxismo que vive de la lucha de clases. Para que haya lucha, primero hay que crear a las clases. Y si es necesario hasta en los muertos, creando muertas de primera y muertos de segunda. Porque una vez creadas las clases, hay que inventarse el conflicto que sea la chispa que origine la lucha. Lucha que siempre encontrará ya preparado con antelación un buen caldo de cultivo de advenedizos siempre dispuestos a defender una causa previo pago de la suculenta comisión o subvención estatal. Y así, de esta forma, poder perpetuar una estructura paraestatal que permanezca fiel al partido incluso cuando éste ya no gobierne oficialmente y poder seguir mangoneando en la sombra más allá de lo que el pueblo le haya encomendado. Por tu bien, claro.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja aquí tus comentarios a esta entrada