El mejor antidepresivo que existe: La Religión

Ane Cooley Fruehwirth, profesora de la Universidad de Carolina del Norte, es coautora del estudio "Religión y depresión en la adolescencia", publicado en el Journal of Political Economy, Volume 127, N. 3 de junio-julio de 2019. Y no es el único estudio publicado recientemente que confirma que tener fe disminuye la depresión y los trastornos mentales de los adolescentes.

La depresión en la etapa adulta comienza a manifestar síntomas durante la adolescencia. Hasta la Organización Mundial de la Salud enumera la salud mental de los adolescentes como una Prioridad Internacional de Salud Pública.

Las estadísticas muestran que a mayor religiosidad (participación en los servicios religiosos, la frecuencia con la que rezan y la importancia que le dan a la religión) mejor salud mental.

Lo más importnte era “aislar el efecto de la religiosidad individual en la depresión”. Para ello, se analizó a los jóvenes que en los últimos años de instituto (15-18) años se hacían más religiosos por influencia de sus compañeros de clase y sus amigos. Se descubrió que ir a la iglesia regularmente, bajaba 11 puntos la estadística de depresión. La religión, por otro lado, parecería dar frutos de salud mental con más rapidez.

Buenas noticias, por lo tanto, tanto para el tratamiento de la depresión como para los hombres y mujeres de fe, sus hijos y sus comunidades, la religiosidad no solo atrae, sino que también brinda beneficios a quienes sufren.

Por eso es bueno que la libertad religiosa no sea limitada ni obstaculizada en la esfera pública. Vivir y testimoniar la fe es bueno para todos.

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