No vino a la fiesta

El otro día fui a una fiesta y, una vez allí, busqué a un amigo que me han dicho que iría. La sala era grande y estaba abarrotada de gente. Tras varias vueltas no conseguí contactar con él. Cansado de tanto buscar me marché pensando “no ha venido”. Si lo pienso bien, en realidad no sé si fue o no fue; sé que no le vi, pero no podría afirmar con total seguridad que no estaba. Quizás no llegamos a cruzarnos, o llegó después de irme yo… Tal vez le pasó lo mismo que a mi, llegó, me buscó, no me encontró y se marchó.

Pues eso es justamente lo que dicen los ateos: “Dios no existe” (“No fue”) y además “es imposible que exista” (“Es imposible que estuviera en la fiesta, porque no le vi”).

Un ataque común a los católicos es decir que somos dogmáticos, cuando resulta que el ateo lo es más aún, y doblemente: “Dios ni existe ni puede existir”.

Decía Chesterton que "El ateísmo es el mas atrevido de los dogmas, porque es la afirmación de un negativo universal"

Me parece más coherente la postura del agnóstico que al menos se reconoce en su incapacidad de poder decir si el amigo estuvo en la fiesta, pero dejando siempre la posibilidad abierta de que el amigo pudiera haber venido a la fiesta.

El agnosticismo pasivo es la coartada del tibio vago que bajo la coartada del agnosticismo, decide no buscar y conformarse a la espera de que la verdad venga sola a iluminarle. Y caso de que alguna vez alguien se la traiga, siempre tendrá la escusa para no creer al mensajero.

El agnosticismo activo es la postura del que busca al amigo, a pesar de no verle, con la esperanza de que haya venido a la fiesta. Y mientras no lo encuentra, no dice que no existe y sigue buscando. No es muy distinta de la del creyente que sabe que tiene un amigo y aunque no lo haya visto en esa fiesta, sí que cree en su existencia porque ha tenido experiencia de él en otras fiestas.

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